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Cancioncitas

El Caballo, la Yegua y el Loro Entrometido

Hoy te traemos un cuento corto infantil muy lindo y educativo, es la historia entre dos caballos y un lorito, un tanto metiche.

El Caballo, la Yegua y el Loro Entrometido

En una pradera verde y exuberante, un grupo de caballos pastaba tranquilamente bajo el sol de la mañana. De repente, un relincho potente rompió la calma. Todos los equinos levantaron la cabeza para ver qué sucedía.

En el centro del prado, dos magníficos ejemplares se enfrentaban: un semental negro como la noche y otro de pelaje dorado como el trigo maduro. Ambos se alzaban sobre sus patas traseras, intentando impresionar con su porte y fuerza.

Un potrillo curioso se acercó galopando a los demás caballos y explicó la situación:

«¡Es por la yegua nueva! La de crin plateada. Dicen que ella declaró que se uniría al caballo más veloz y ágil del prado.»

El líder de la manada, un caballo viejo y sabio, resopló con calma:

«Tranquilos, todos. Esto es parte de nuestra naturaleza. Cada primavera, los sementales compiten para demostrar su valía. No se harán daño, solo están mostrando sus habilidades.»

Los caballos se relajaron y formaron un círculo alrededor de los competidores. La yegua de crin plateada observaba atentamente, con sus ojos brillantes fijos en la contienda.

En ese momento, un loro de plumaje multicolor aterrizó en una cerca cercana. Nunca había visto una competencia entre caballos, pero como se consideraba el ave más sabia del bosque, no tardó en alzar su voz chillona:

«¡Vaya par de tontos! ¿A esto le llaman competir? ¡He visto tortugas más ágiles!»

Los caballos lo miraron sorprendidos, pero el loro continuó:

«¡El negro es más fuerte, pero el dorado es más rápido! Yo diría que la yegua debería elegir al negro para tener potrillos robustos. Aunque, francamente, no entiendo por qué tanto alboroto por ella. ¡Es una yegua común y corriente!»

Un murmullo de indignación recorrió la manada. El viejo líder se acercó al loro:

«Amigo emplumado, no conoces nuestras costumbres. Este ritual es parte de quienes somos.»

El loro, sin inmutarse, respondió:

«¡Bah! Solo digo lo que veo. ¡Qué pérdida de tiempo!»

El caballo sabio sacudió su crin y habló con firmeza:

«Tú sabrás mucho sobre volar y repetir palabras, pero no entiendes nada de nosotros. No puedes juzgar lo que no comprendes. Vuelve a tu árbol y deja que resolvamos esto a nuestra manera.»

El loro, sintiendo que el ambiente se volvía hostil, comenzó a darse cuenta de su error. Miró una última vez a los sementales, que seguían con su impresionante demostración, y sin decir más, alzó el vuelo y desapareció en el bosque.

La competencia continuó, y al final, la yegua eligió a su compañero. La manada celebró, reafirmando sus lazos y tradiciones.

Moraleja: Es sabio abstenerse de juzgar las costumbres y tradiciones que no comprendemos. Cada especie, cada cultura, tiene sus propias formas de hacer las cosas, y merecen respeto, no críticas infundadas.

¿Te gustó el cuento corto de los caballitos? Esperamos que sí!!!

Ilustración para colorear

¿Te animas a colorear esta hermosa ilustración de este cuento corto?? Te retamos a que lo imprimas y lo colorees con la ayuda de crayones o marcadores.