Había una vez en una acogedora librería, un pequeño clip llamado Alberto 📎. Alberto vivía junto a sus amigos: un lapicero 🖊️, un lápiz ✏️, un borrador 🧽, un libro 📚 y un sacapuntas 🪓. Aunque era un clip brillante y fuerte, Alberto se sentía triste 😔.
«¡Quisiera ser más útil como mis amigos!», suspiraba Alberto. Veía cómo el lapicero escribía hermosas cartas, el lápiz dibujaba increíbles imágenes, y el borrador corregía cualquier error. Incluso el sacapuntas tenía su momento de gloria al afilar los lápices.
Un día, el señor libro, el más sabio y antiguo de la librería, notó la tristeza de Alberto. «Ven aquí, pequeño clip», dijo con una voz amable pero firme. «Déjame contarte una historia 📖».
El señor libro explicó cómo, hace muchos años, un escritor usó clips como Alberto para organizar los capítulos de un manuscrito. «Con la ayuda de tus ancestros, pude nacer como libro», dijo el señor libro con gratitud. «Tu familia de clips, junto con el lápiz, el borrador y el lapicero, hicieron posible que historias como la mía llegaran al mundo 🌍».
Alberto escuchaba, maravillado. Nunca había pensado en lo importante que era su trabajo. «Así que yo también soy importante…», murmuró con una sonrisa tímida.
El señor libro asintió con sabiduría. «Cada uno de nosotros tiene un papel especial en la creación de historias y conocimientos. Nunca subestimes tu valor, Alberto».
Desde ese día, Alberto se sintió orgulloso de ser un clip. Ayudaba a mantener organizados los papeles y sonreía cada vez que alguien lo usaba, sabiendo que era una parte esencial en la maravillosa librería.
Moraleja:
En verso y con alegría, recordemos esta enseñanza:
Cada uno, en su pequeñez, guarda una gran importancia.
No importa grande o chiquito, en la vida cada quien,
Tiene un rol muy especial, ¡y eso lo hace ser alguien bien! 🌟📎🌈