Por Giovanni Aldana
Es probable que hayas visto hasta el cansancio “Las aventuras del Niño Tiburón y la Niña de Lava” por televisión o en alguna plataforma de video. Sí, esa película en la que un chico crea un mundo imaginario lleno de fantasía y héroes en el que puede escapar de los grandulones que le hacen la vida imposible en la escuela.
Bueno, pues “Superheroicos” o «We can be héroes» es una especie de secuela de esta cinta que seguramente les ha de traer muy buenos recuerdos a tus papás y a tus hermanos mayores. Decimos una especie de secuela pues en esta ocasión, el Niño Tiburón y la Niña de Lava existen en el mundo real y no en la imaginación de un niño. Ambos han crecido, se han casado y tienen una hija. Pero hasta allí las conexiones con la película original.
Lo que sí tienen en común ambas producciones es que están llenas de humor y acción, y están ambientadas en un mundo en el que predominan los colores chillones, especialmente el morado. Quizás para recordarnos que lo vemos es pura ficción, más que una película con aspiraciones de realidad y seriedad.
Eso no es necesariamente malo pues ya ven que “Las aventuras del Niño Tiburón y la Niña de Lava” es hoy por hoy una película de culto. Pero deja que te cuente un poco de qué va la película.
Una nueva generación de superhéroes
El mundo vive confiado pues un equipo de superhéroes denominado los Heroicos (cualquier semejanza con los Vengadores de Marvel y su cuartel secreto es intencionada) se encarga de eliminar cualquier peligro que amenaza a la humanidad… hasta ahora.
Un día, Miracle Guy y Tech No, descubren a un ejército de naves extraterrestres que pretenden invadir nuestro planeta. Pese a sus esfuerzos, son secuestrados por los alienígenas, así como al resto de héroes, incluyendo a su líder y capitán, el agente retirado Marcus Moreno.
Este tiene una hija, Missy, un preadolescente que vive mortificada pues al parecer no tiene poderes como su famoso padre. Cuando ocurre el secuestro extraterrestre, ella es evacuada por agentes secretos a un refugio subterráneo, en el que se esconden otros hijos de superhéroes. La idea es protegerlos de un eventual ataque alienígena.
Allí conoce a un variado grupo de niños que tienen habilidades extraordinarias… o algo así, por ejemplo: Un niño tiene la facilidad de correr en cámara lenta (no, no estoy bromeando), otro puede moldear su rostro a voluntad para parecerse a cualquier otra persona.
Dos hermanos tienen la habilidad de avanzar o retroceder el tiempo a voluntad. Una chica puede cantar en diversos tonos graves y agudos lo que le permite levitar o mover cosas a voluntad. Otra tiene la habilidad de dibujar el futuro en su tablet. Y así por el estilo.
Por si se estaban preguntando por la hija del Niño Tiburón y la Niña de Lava, ella es la más pequeña del grupo: Guppy, quien tiene la habilidad de moldear el agua a su voluntad y ha heredado el mal humor de un tiburón… esperen… ¿los tiburones tienen mal carácter? En fin.
Cuando los extraterrestres descubren el escondite y deciden atacarlo, los niños se ven obligados a unir fuerzas para escapar y de paso intentar rescatar a sus padres. Esto se complica pues los chicos no están acostumbrados a trabajar en equipo y terminan peleándose entre ellos a cada rato.
Finalmente logran escapar por un pelo del cuartel invadido, así que le piden ayuda a la famosa abuela Moreno, entrenadora de héroes por varias generaciones. Con el tiempo en contra, los chicos deben aprender a dominar sus habilidades si quieren salvar al planeta y sus padres antes del relevo del planeta, anunciado por los extraterrestres.
«SuperHeróicos» es Pura imaginación
Si le encuentras similitudes a la historia de “Superheroicos” con las películas de “Mini espías” es porque están escritas y dirigidas por la misma persona: Robert Rodríguez, un talentoso director y guionista, quien además edita y produce la mayoría de sus obras. ¿Nada mal verdad?
Quizás por ello es que sus historias tienen muchas cosas en común, por ejemplo, una gran cantidad de actores y actrices latinas en su elenco. Rodríguez es un enamorado de la cultura latina y no duda en promoverla en todas sus películas.
Tenemos a Pedro Pascal, chileno de nacimiento y actor de moda en 2020. Él interpreta a Marcus Moreno, el papá de Missy, aunque es probable que ya lo hayas vista en la serie de Disney+ “El Mandaloriano”. Sí, esa en donde sale el tierno Baby Yoda. Es el protagonista de dicha serie inspirada en el universo de “Star Wars”.
Rodríguez da un ejemplo de cómo debe ser un elenco multicultural pues ha ensamblado a un genial grupo de actores latinos, como la talentosa Adriana Barraza, así como afroamericanos, anglosajones y hasta indios, como la superestrella de Bollywood, Priyanka Chopra.
Por cierto, ella ofrece una divertida actuación como Miss Granada, la agente a cargo de la seguridad de los niños. Se roba el show con sus gestos exagerados y su falta de paciencia con los pequeños.
Si en algo nos decepciona la película es que pese a anunciarse como una continuación de las aventuras del Niño Tiburón y la Niña de Lava, estos tienen muy poco tiempo en pantalla. Es más, ni siquiera aparece el actor que encarnó originalmente al Niño Tiburón.
Por si fuera poco, cuentan con pocas líneas de diálogo, lo que nos hace sentir algo estafados por la publicidad engañosa. Pero eso no demerita las otras virtudes que tiene la película.
Por ejemplo, el descubrimiento de nuevos valores de la actuación. Los niños y niñas que interpretan a los hijos de los héroes son muy talentosos. Es casi seguro que escucharemos más de ellos en un futuro cercano.
La paleta de colores, como ya te conté, es colorida y exagerada. Empezando por los trajes de los héroes, poco prácticos y no tan discretos. Los tonos morados y púrpuras sirven para representar a los extraterrestres y sus naves espaciales.
Si crees que los efectos especiales son de baja calidad, déjame decirte que tienes toda la razón. Esa es otra característica del director en este tipo de películas. Sirven para recordarnos lo absurdo de sus historias y personajes. Pero no por eso dejan de ser divertidos.
Por momento pareciera que estás viendo la acción de un videojuego con gráficos malos. Pero eso es algo a lo que ya estamos acostumbrados después de ver las últimas entregas de “Mini espías”. ¿Te recuerdas de la película en la que los mini espías deben derrotar a un malvado juguetero para poder escapar de un videojuego? ¡Y era en tercera dimensión!
La mejor parte de “Superheroicos” es cuando finalmente los chicos logran entrar en la nave espacial para rescatar a sus padres. No falta la acción, el humor y una que otra sorpresa inesperada que le dan un giro interesante a la trama.
El final es muy emotivo y nos deja deseando que ojalá pueda haber otra película con este nuevo grupo de pequeños grandes héroes.
La unión hace la fuerza en Superheróicos
Como en todas sus películas diseñadas para verse en familia, Rodríguez nos recuerda varias lecciones que hemos conocido en casa, siendo la más obvia, que es imprescindible aprender a trabajar en equipo si queremos alcanzar alguna meta.
Nos enseña también que está bien ser distintos, pues nuestras diferencias se pueden complementar para lograr grandes cosas, que quizás por separado no podríamos alcanzar.
Missy aprende también que no importa si no tenemos superpoderes aparentes. La confianza en nosotros mismos puede convertirse en una poderosa herramienta para convertirnos en estupendos líderes.
Tampoco nos cae mal un poco de humildad para ceder el protagonismo y aceptar las ideas de los demás, si es que funcionan mejor que las nuestras.
Aunque no lo creas, también hay una o dos lecciones para nuestros padres. La más importante es que hay que preparar a los chicos para los retos que puedan presentárseles en el futuro.
También que no pasa nada si los chicos no resultan como ellos lo habían imaginado o no tienen sus mismos gustos. Ellos son personitas individuales con sus propios gustos y preferencias. Y hay que amarlos por eso. Mejor si alentamos sus propias aspiraciones.
Y finalmente, que hay que aceptar que las nuevas generaciones traen habilidades y talentos que les permitirán superar lo logrado por ellos. Entender que llegará el momento en que habrá que dejarle el paso a una nueva forma de pensar y hacer las cosas.
En resumen, es una película divertida para toda la familia. Tiene acción sin llegar a la violencia extrema y aunque la historia es por momentos demasiado infantil, se disfruta fácilmente en compañía de toda la familia.
Quizás no gane algún premio y es probable que sea calificada como ingenua, pero es innegable que se trata de una película ideal para verla en familia durante un fin de semana. Por cierto, ya está disponible en Netflix, tanto subtitulada como hablada en español. ¡Cuéntanos si la vista y qué te pareció!